jueves, 19 de mayo de 2016

Mierda Sobre Plástico:


Hola gente, después de estar desaparecidos casi dos meses, volvemos al ataque. Aquí tenéis un relato de Artza Bastard, espero que lo disfrutéis como lo he hecho yo al leerlo.



                Soy un cadáver despedazado. Me encuentro metido a trozos en unas malolientes bolsas de basura negras, dentro del maletero de un coche abandonado. Me han descuartizado de puta madre para que pueda entrar en esta chatarra de vehículo. Mi cabeza está en una bolsa, mis piernas y genitales en otra y el torso y los brazos en la última. Ni siquiera se han molestado en pegarnos fuego. Señal de que se la suda que me encuentren, total, nadie se va a poner a investigar la desaparición de un mierda seca como yo.  Y menos con la de ejecuciones mafiosas que hay en esta época. Así que aquí estoy yo, pudriéndome sin remedio mientras los carroñeros insectos y gusanos se amontonan impacientes a la espera de que se abra la veda para nutrirse de mis restos.

                Y toda la demás escoria de la ciudad bebiendo y jodiendo como putos tarados. Además van por la vida como si se lo hubieran ganado o se lo merecieran o algo por el estilo. Bastardos… Yo he sido un hombre honrado. He seguido las reglas sin putear a nadie. He sido educado con la gente, siempre me he comportado como un ser civilizado, he sido pacífico, no me he metido en líos, hasta he sido solidario con los necesitados. Lo que se dice un ciudadano ejemplar, un puto buen samaritano de los cojones. ¿Y qué es lo que gano? Un tiro en la nuca y un desmembramiento de luxe. Mierda de vida… Solo por desear un coño, ¡joder! Yo, como la mayoría de la gente de este sucio planeta, solo quería follar, nada más. Y no creo que tuviera que morir por eso. Estaba harto de alternar entre mi mano izquierda y derecha, así que me puse a buscar en los bares clandestinos de esta ciudad del pecado. Nada más. No me he acostado con el amor platónico de nadie, no he pegado ni herido a ningún ser inhumano, ni siquiera le he salpicado con la meada al mítico hijo puta camorrero mientras orinaba hasta el culo de bebercio. No he hecho nada en mi vida, ni bueno ni malo. Nada. Y ya no voy a poder hacer nada más.

                En menuda puta situación me encuentro metido yo también, cagüen Dios. Tampoco digo que vivir mi vida fuera mejor que esto, sinceramente. Mi tiempo en este mundo ha estado lleno de fracasos, decepciones, calabazas, soledad y mucha mierda. Eso, y un montón de pajas a oscuras al amparo de la luna de sangre sumido en la deprimente inmensidad de mi lúgubre habitación de motel. Hostia… Menudo currículum. Quizá debería haberme suicidado hace tiempo, pero tenía muchas metas que me habría gustado cumplir. Cosas como una familia de mierda cimentada en el sólido odio, trabajos de poca monta para acumular más deudas que beneficios, un buen coche con el que quedarme tullido o yo que sé, pillarme alguna venérea mortal fornicando en un oscuro callejón cercano al puerto, con los disparos y las sirenas amenizando la velada. El puto sueño americano: desangrarte en cualquier sucia esquina con las ratas mordisqueándote los tobillos. Te llenan la cabeza de sueños y de falsas esperanzas para que no te des ni cuenta de la mierda entre la que vives. Yo como buen gilipollas me lo creí todo, me imagine un futuro lleno de posibilidades y de logros. Y ahora lo único que me espera es observar la lenta descomposición total de mi cuerpo, contando solo con la compañía del cabrón que más odio. Yo mismo.

                Pero de nada sirve lamentarse en mi situación. Hay que ser positivo, mirar las cosas con perspectiva. Vale, estoy muerto, y que eso sea una putada no me lo niega ni Dios. Pero por otra parte, se acabaron  las preocupaciones, los marrones, los impuestos, el trabajo, tener que cotizar, las obligaciones, las elecciones, los políticos, las mentiras, el tener que socializarme, la sequía y la hambruna, las Navidades, la moda, la religión, la moral, los/as retrasados/as, los hipsters, las resacas... todo eso se va a tomar por culo, por fin. Se acabó este tedioso sin sentido al que la gente de hoy en día le llama vida, que no es otra cosa que una puta farsa orquestada y representada por todo el mundo a la perfección. Sin que ningún jodido borrego cabrón consiga escapar del redil.



Yo, en cambio, soy libre por fin. He conseguido acabar con las cadenas que me unían a esta mierda de existencia. Ahora si me apetece, de repente, descojonarme en tres y alquilar unas bolsas de basura dentro de un maletero, nadie puede decirme nada. ¡Nadie! O si quiero desaparecer de la faz de la Tierra, sin darle explicaciones a ningún bicho viviente, puedo hacerlo también. Sí… Si lo piensas bien tampoco está tan mal. De hecho, me atrevería a decir que mi futuro se presenta esperanzador y todo…


Escrito por: ©Artza Bastard






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